Jabón de lavanda: para qué sirve, beneficios y propiedades
Si eres de esas personas que prefieren utilizar productos naturales como alternativa para tratar la piel, debes conocer el jabón de lavanda. Es cierto que existen innumerables tipos, la mayoría muy beneficiosos, todos ellos hechos para que la dermis tenga un aspecto hermoso y humectado. En este artículo te mostraremos todos los beneficios y propiedades de este peculiar jabón.
Quédate hasta el final y descubrirás también nuestra receta para hacerlo paso a paso en casa. Te dejamos también las mejores ofertas para comprar online.
Contenido
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¿Qué es lavanda?
El nombre científico de las variedades más comunes son Lavandula vera, L. agustifolia, o L. officinalis. Pertenece a la familia de las plantas lamiáceas. Su aplicación no genera efectos secundarios así que es indicado también en pieles sensibles o propensas a la alergia. Su uso externo garantiza sanar heridas y al prepararlo como infusión ayuda a disminuir el estrés y ansiedad.
Como hemos mencionado, la lavanda es una planta medicinal que destaca en diversos aspectos. Se posiciona por encima de otros arbustos aromáticos, ya que tiene efectos calmantes. De igual manera, gracias a sus compuestos naturales, se puede extraer un aceite especial, utilizado para aportar un aroma muy agradable a las infusiones, jabones y otros productos fabricados con esta planta.
El aroma que contiene dicha flor es inconfundible y se considera uno de los más agradables, muy utilizado en el campo de la aromaterapia. Por ejemplo, en Francia, país veterano en la creación de perfumes, se acostumbra a usar la esencia de lavanda en multitud de productos cosméticos. Suele ser una de las bases aromáticas para la elaboración de aguas de colonia femeninas y masculinas. Cabe destacar que su aroma es muy útil para alejar insectos de cajones o armarios. Solo hace falta colocarlo en bolsitas y dejarlo en lugares estratégicos de la casa.
¿Qué es el jabón de lavanda?
Los hábitos de limpieza de la piel deben incluir tratamientos de exfoliación, nutrición e hidratación. Pues bien, para todo esto y muchos usos más el jabón de lavanda es la mejor de las opciones. Lo más recomendable es utilizarlo a diario para obtener resultados sorprendentes en poco tiempo. De la misma manera, es un excelente jabón para cuidar la piel y mantenerla hidratada.
Cabe destacar que la flor de lavanda no solo aporta compuestos antisépticos a la piel, sino que también brinda nutrientes esenciales para que se mantenga tersa. A pesar de que las propiedades de la flor de lavanda se descubrieron en la antigüedad, en la actualidad se han conocido más usos y utilidades. Es muy común notar que muchos cosméticos y productos de limpieza contienen aceites esenciales de esta planta.
Entre sus funciones principales, actúa como limpiador eliminando las impurezas de todo tipo. Además, si se usa en pieles resecas, el jabón de lavanda puede aportar un punto de hidratación que las equilibra. De esa manera, las mantiene siempre suaves al contacto. En caso opuesto, las pieles grasas encontrarán un limpiador de grasas excepcional. Puede decirse que está hecho para cada necesidad del cuerpo sin importar sus particularidades.
Incluso tiene cualidades relajantes. Esto quiere decir que si te bañas justo antes de acostarte lograrás conciliar el sueño sin problemas y te sentirás descansado, despertando sin estrés. De hecho, esta rutina de limpieza nocturna es muy común para calmar tensiones y bajar el nivel de ansiedad. Y gracias a su aroma tan agradable, obtendrás una particular sensación de frescura que te relajará aún más.
Propiedades del jabón de lavanda
Gracias a las múltiples utilidades del aceite de flor de lavanda, se han creado numerosos artículos para el cuidado personal. Por esta misma razón, se extrae de sus pétalos para utilizarse como base para fabricar jabones en barra. A continuación te desvelamos las principales propiedades del jabón de lavanda:
- Hidratante: dado que es un poderoso hidratante de la piel, es muy utilizado en el campo de la cosmética para ayudar a aquellas pieles que sufren de resequedad. Además, si se mezcla con otros aceites esenciales, su poder hidratante se potencia y realiza mejor su trabajo. Por lo tanto, tu piel y tu cara se convertirán en una carta de presentación luminosa y atractiva allá donde vayas.
- Antiinflamatorio: las zonas dérmicas afectadas por golpes, lesiones, raspaduras y afecciones del organismo suelen inflamarse. Los componentes del aceite esencial utilizado para el jabón de lavanda pueden reducir la hinchazón. Para ello, aplica un poco de jabón de lavanda en forma de espuma para desinfectar y preparar la piel antes de un vendaje. Su uso puede aliviar los síntomas de dolor en una herida leve.
- Aromático: los compuestos fenólicos de la lavanda se adhieren con facilidad a los tejidos. También se liberan en el aire con rapidez al entrar en contacto con el agua. Por eso, el jabón de lavanda impregna fácilmente de su aroma a la piel y los espacios cerrados, como el baño.
- Hipoalergénico: está recomendado para casi todo tipo de piel, pues no irrita y no contiene ingredientes alérgenos. Sin embargo, es importante que quienes padecen de sinusitis y otras alergias respiratorias evalúen con cuidado su uso. El aroma intenso y penetrante de la lavanda puede causar efectos como estornudos e irritación en las fosas nasales.
Para qué sirve el jabón de lavanda: usos que le puedes dar
Gracias a la gran variedad de propiedades que contiene el jabón de lavanda se le pueden otorgar varios usos. Aquí se destacan dos de las utilidades más comunes de este producto de limpieza natural:
- Regenerador de piel: es ideal para sanar heridas cuando sufras caídas, moratones o raspones. Ayuda a que la zona afectada se recupere más rápido, gracias a que impulsa la acción que realizan las plaquetas, responsables de sanar las heridas. De igual manera ayuda a restablecer la piel que sufre de problemas cutáneos.
- Para el acné: el acné es producto de una bacteria que se aloja en la cara. El contacto con la piel de las manos puede extender esta afección a otras áreas del cuerpo. Por ese motivo, usar el jabón de lavanda para tratar el acné es una excelente opción. Gracias a sus componentes antibacteriales, la espuma penetra hasta lo más profundo de la piel logrando erradicar los agentes contaminantes que la producen.
Beneficios del jabón de lavanda
La lavanda es una planta que aporta numerosos beneficios para que la piel luzca radiante, firme y suave, por lo que se utiliza como elemento base para fabricar jabones. Las ventajas que aporta su uso son:
- Relaja: se puede utilizar en masajes, baños o brumas para almohadas, entre otras. Si utilizas un jabón de lavanda para bañarte, conseguirás bajar pulsaciones y llegar a un estado anímico de relajación.
- Hidrata: Una de las razones más poderosas para estar presente en artículos de cosmética. Puede equilibrar las pieles resecas y grasas sin afectar su naturaleza.
- Limpia: elimina todo tipo de bacterias que se adhieren a la piel después de estar expuesta a la intemperie. Elimina incluso las impurezas que se adhieren a los poros.
- Aromatiza: hace que la piel adopte un olor delicioso. Resulta muy agradable bañarse con un jabón en barra de lavanda ya que el aroma que produce se adhiere a la dermis durante horas. Además, si acostumbras ducharte con este producto natural, eliminará el rastro de mal olor generado por bacterias. En su lugar, dejará su perfume natural en la piel, durando incluso varias horas.
Cómo hacer jabón de lavanda
Si eres de ese tipo de personas que prefieren hacer los productos de aseo personal con sus propias manos, estás en el lugar correcto. Por un lado necesitarás aceites muy fáciles de conseguir y, por otro, es imprescindible que tengas a mano sosa cáustica, un elemento primordial para la creación de jabones naturales.
Cabe señalar que es muy importante que te mantengas protegido con mascarilla, gafas de seguridad y guantes durante el proceso. Esto es necesario debido a que la sosa cáustica puede quemar la piel si entra en contacto directo con ella.
Ingredientes
- 590 g de aceite de coco
- 290 g de aceite de oliva
- 30 g de aceite esencial de lavanda
- 90 g de aceite de almendra
- 150 g de sosa cáustica
- 390 g de agua destilada
- Colorante blanco para jabón de aceite
- Colorante violeta para jabón de aceite brillante
- Flores de lavanda
Paso a paso
- Añade el aceite de coco y de almendras en un recipiente, junto con el aceite de oliva. En caso de que tengas algunos de ellos almacenados en el congelador, puedes meterlo en el microondas o al baño maría. En todo caso, los aceites serán mezclados y calentados posteriormente.
- Pesa la sosa cáustica en un recipiente y el agua destilada en otro envase. Pon a hervir el agua con flores de lavanda, y baja del fuego cuando el líquido haya extraído todo el aroma y color de la planta. Deja reposar hasta que la infusión esté a temperatura ambiente.
- Añade la sosa en el agua, y no al revés, luego remueve para mejorar la disolución del alcalino. Dado que esta mezcla expulsará gases, la temperatura aumentará. Por lo tanto, intenta realizar esta mezcla en un ambiente fresco. No olvides proteger tus manos, ojos y cabello antes de realizar este paso.
- Calienta los aceites de coco, oliva y almendras impidiendo su ebullición. Cuando la sosa mezclada con el agua esté lista (entre 45 y 55 C°), batir unos minutos el aceite caliente solo. Después de eso, agrega el agua con sosa, comprobando que mantenga la temperatura antes mencionada.
- Bate sin parar y en la misma dirección hasta que obtengas una textura cremosa, firme pero manejable.
- Reserva el aceite esencial en un vasito que tenga algún indicador de medida. Ten a mano los colorantes también, si has decidido incluirlos.
- Separa la mezcla de jabón en dos tazas. Una para colocarle el color blanco y otra en color violeta. Bate para que el color se una a la mezcla de manera uniforme.
- Después de añadir los colores, vierte el aceite esencial sobre el jabón. Posteriormente mezcla con una espátula, para que el aroma se esparza en toda la mezcla.
- Llena los moldes con la mezcla. Si has usado colores, colócalos alternados para darle un toque de color muy especial a tus barras caseras. Dejar secar durante 24 horas antes de desmoldar.
- Cuando el jabón esté endurecido y lo hayas desmoldado, deja que repose durante 40 días. Una vez que ha pasado este tiempo, puedes disfrutar de tu jabón de lavanda casero para ti y tu familia.
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